viernes, 21 de noviembre de 2014

Ella trae en su cuerpo


Ella trae en su cuerpo los caminos del bosque,
las lunas,
las noches, los ríos, los peces,
las nubes,
el color de una gran primavera,
un silencio de otoño,
la bondad, la inocencia,
una calma esencial, una risa,
la belleza, el misterio, la fiebre,
las palabras eternas, el tiempo.

Ella trae en su cuerpo la brisa
de lugares lejanos y bellos,
el sabor de las olas del mar, la inocencia,
los paisajes del alma,
el futuro, el pasado, el presente.

Ella duerme tranquila a mi lado
no sabe
no conoce su inmenso poder.
Ella puede traerme a la vida,
ella puede matarme después.
Desde siempre la quiero por eso,
aunque ya no recuerde quién es.  

miércoles, 19 de noviembre de 2014

El sentido del sufrimiento


He tardado más de cincuenta años en comprender el sentido del sufrimiento. Ahora lo sé: la única función del sufrimiento (o del dolor), es el aprendizaje. Por el dolor aprendemos a no acercar un dedo a una llama. Por el sufrimiento deberíamos aprender a no cometer los mismos errores una y otra vez, pero parece que no somos tan listos como para entender ese otro tipo de dolor que procede de hacer algo incorrecto para el alma. Así estamos condenados a sufrir, una y otra vez, por algo que ya deberíamos haber aprendido a la primera. Esto sucede, por ejemplo, en el amor, cuando a lo largo de nuestras vidas elegimos, por algo que sentimos en nuestro interior, a la misma persona equivocada. La queremos sin más, como si ese fuera nuestro destino, como algo inevitable. Y arrastramos ese inmenso dolor toda la vida.